2 Se levantaba Absalón temprano y se colocaba a la vera del camino
de la puerta, y a los que tenían algún pleito y venían donde el rey para el
juicio, les llamaba Absalón y les decía: «¿No eres tú de...?» El respondía:
«Tu siervo es de tal tribu de Israel.»
3 Absalón le decía: «Mira, tu causa es justa y buena, pero nadie te
escuchará de parte del rey.»
4 Y añadía Absalón: «¡Quién me pusiera por juez de esta tierra!
Podrían venir a mí todos los que tienen pleitos o juicios y yo les
haría
justicia.»
5 Cuando alguno se acercaba a él y se postraba, le tendía la mano, le
retenía y le besaba.